En la última década, el pádel ha experimentado un auge sin precedentes, convirtiéndose en uno de los deportes de raqueta de más rápido crecimiento a nivel global. Este fenómeno se ha visto impulsado por su accesibilidad, la creciente popularidad y la capacidad de atraer a jugadores de todas las edades y niveles de habilidad.
España se posiciona como el epicentro del pádel, con más de 6,500 clubes registrados y alrededor de 2 millones de jugadores activos. El país ibérico alberga importantes competiciones, como el World Padel Tour, que atrae a miles de aficionados y a los mejores jugadores del mundo.
El atractivo del pádel radica en su sencillez y en el ambiente social que promueve. A diferencia del tenis, el pádel se juega en una pista más pequeña y está rodeado de paredes, lo que permite que los puntos sean más dinámicos y divertidos.
Esto lo convierte en un deporte accesible para principiantes, mientras que ofrece un desafío para los jugadores más experimentados.
La proyección para el futuro es aún más prometedora. La FIP ha anunciado planes para aumentar la visibilidad del deporte a nivel internacional, incluyendo la inclusión del pádel en eventos deportivos globales y la creación de nuevas ligas.
Con un crecimiento constante y el apoyo de figuras públicas, el pádel está destinado a convertirse en un deporte fundamental en el panorama deportivo mundial.